En el intestino delgado viven una serie de bacterias, que se van adquiriendo en los primeros años de la vida, desde el mismo momento del parto y que continuara con la lactancia materna, las cuales viven en total armonía con su huésped.
El sobrecrecimiento bacteriano del intestino delgado “SIBO”, se produce cuando por circunstancias diversas, este número de bacterias aumentan en exceso. Este aumento de bacterias a nivel del intestino delgado, se puede producir por diferentes tipos de bacterias, pudiéndose distinguir algunos supuestos, entre ellos tenemos:
1.- Por un aumento de bacterias que habitualmente, no están a este nivel, sino que su habita es el intestino grueso.
2.- Por la presencia a este nivel de bacterias productoras de metano, siendo las más importantes las pertenecientes al grupo de las arqueas. Hay que recordar que las arqueas no son verdaderas bacterias, aunque si son seres unicelulares.
3.- Debido a un aumento de las bacterias que viven normalmente a este nivel.
Cualquiera que sea el tipo de bacterias responsables del sobrecrecimiento, van a realizar una serie de cambios que producirán alteraciones de la mucosa intestinal y de las microvellosidades de los enterocitos, dando lugar a una sintomatología digestiva y extra digestiva muy diversa.
Hay que saber que, según el tipo de bacterias que produzca el SIBO, este puede tener algunas características y tratamientos diferentes.
Sabemos que estas bacterias pueden producir hidrógeno, metano y sulfuro de hidrógeno.
• Hinchazón abdominal
• Diarrea/estreñimiento
• Malabsorción de nutrientes
• Pérdida de peso
• Dolor abdominal
• Esteatorrea
• Flatulencias
• Intolerancia a la lactosa
• Intolerancia a la fructosa/sorbitol
• Déficit de DAO
• Niveles inadecuados de secreción de ácido clorhídrico. Un buen nivel de ácido, consigue eliminar a un importante número de patógenos.
• Inadecuada motilidad intestinal, los movimientos peristálticos en concreto el complejo migratorio motor, consigue que se reduzca significativamente la capacidad de colonización bacteriana por el mecanismo de arrastre que produce.
• Inadecuada cantidad de sustancias bacteriostáticas en las secreciones pancreáticas y biliares, estos tienen el mismo efecto que el ácido clorhídrico.
• Mal funcionamiento de la válvula íleo-cecal, esta impide la progresión del contenido cecal hacia el intestino delgado.
A parte de la clínica, tenemos el test de gases espirados que consiste en evaluar la variación de los niveles de hidrógeno y metano (para sulfuro de hidrogeno, aún no hay test) en el aire espirado, que se produce por la fermentación de los carbohidratos que realizan las bacterias intestinales, a intervalos de tiempo regulares, desde una situación basal y durante 3 horas tras la administración del sustrato utilizado: lactulosa o glucosa, si la exhalación de estos gases ocurre demasiado rápido, podemos hablar de un sobrecrecimiento bacteriano.
• Tratamiento con antibióticos farmacéuticos.
• Tratamiento con antibióticos herbáceos.
• Evitar antinutrientes.
• Disminuye en los primeros 7-15 días el consumo de FODMAPS, ayudará a mantener el SIBO a raya, pero no alargar mucho más ya que, la fibra es el alimento de todas las bacterias de nuestro cuerpo y si se alarga demasiado puede afectar a la diversidad de la flora.
• Recuperar la acidez del estómago.
• Recuperar la función de la bilis y del páncreas exocrino mediante el consumo de enzimas digestivas.
Mobirise.com